Los derechos humanos resultan de una construcción histórica que en el marco internacional los considera inherentes a nuestra naturaleza y sin los cuales no podemos vivir como seres humanos. En esta materia se han elaborado dos doctrinas: una, la de “las generaciones de derechos” (derechos de primera, segunda, tercera y cuarta generación; la otra, es la que establece la universalidad, interdependencia e indivisibilidad de los DD.HH., doctrina impulsada en la Declaración de Viena de 1993 y que contribuyó a la confirmación de dos características esenciales: la universalidad y la interdependencia de los mismos. La interdependencia interna nos lleva a la reafirmación de la indivisibilidad de los DD.HH. que a su vez es una característica complementaria de la universalidad. La interdependencia externa significa la estrecha relación existente entre DD.HH., democracia, desarrollo (o concepción de desarrollo de un país) y la consecución de la paz.