Hoy viernes en San Bernardo se desarrolla una cumbre del Partido Justicialista bonaerense, con el objetivo de terminar de conformar algunos cargos, y de enviar mensajes positivos hacia dentro y fuera del peronismo. Pero la tarea no es sencilla, pues el sector kirchnerista encabezado por los matanceros Fernando Espinoza y Verónica Magario se bajaron de la reunión partidaria, aparentemente disconformes por la apertura que los nuevos jefes del peronismo impulsan para incluir a figuras como Sergio Massa o Florencio Randazzo.
Se reedita así la confrontación entre los seguidores de Cristina de Kirchner y los peronistas que impulsan una apertura del PJ después de la derrota de la expresidente ante el macrista Esteban Bullrich en las legislativas 2017. En esa oportunidad, Cristina dejó de lado al sello partidario para aislar a Randazzo y formó Unidad Ciudadana como frente electoral propio. Ahora el kirchnerismo vuelve a darle la espalda al partido a cargo de una liga de intendentes renovadores que apuntan a unir a las distintas tribus de cara a las elecciones 2019. Voceros de Espinoza y Magario aseguraron que su sector no está de acuerdo con las postura «dialoguista» de Menéndez que se tradujo en fotos no sólo con Massa sino también con figuras del peronismo enfrentadas con Cristina como Miguel Pichetto y Diego Bossio.
También se bajaron de la reunión de hoy en San Bernardo intendentes kirchneristas como Jorge Ferraresi (Avellaneda), Juan Ustarroz (Mercedes), Francisco Durañona (San Antonio de Areco) y Mario Secco (Ensenada).
El enojo de Espinoza viene desde hace tiempo, en realidad lo más cercano fue cuando los intendentes (quienes hoy conducen el PJ Bonaerense) bloquearon su intención de reelegirse como presidente del PJ después de la derrota de Cristina ante Bullrich y lo rebajaron a la jefatura del Congreso partidario. Desde entonces el vínculo no se recuperó, como tampoco frente a algunos que no le perdonan la decisión de que en su momento haya ido a apoyar y candidatearse por otra alianza que no contemplaba al PJ del cual él mismo era presidente.
Desde el interior de la provincia, y tal cual ha sucedido en Madariaga y la zona, hay un concenso casi unánime de impulsar una unidad de todos los sectores, incluida Cristina, Massa y Randazzo, pero la expresidente vuelve a ejercer su poder de veto. El 37% de los votos que sacó el año pasado en provincia de Buenos Aires la convierte en la dirigente del peronismo con mayor volumen electoral en todo el país con capacidad para enfrentar y para hacer perder a cualquier candidato del PJ que no le responda, pero eso sí afirman algunos, con un techo de votos que aleja al peronismo del regreso al poder.