A tres semanas de las elecciones primarias de agosto, los pre-candidatos locales de Madariaga –de un sector y otro- intentan generar un clima electoral que viene retrasado, animando a los votantes a participar en el sufragio; pero apelando más al discurso emocional que al de propuestas serias y concretas.
Días pasados el pre-candidato y actual intendente municipal Esteban Santoro, pidió en el marco de un acto público por “una campaña limpia”, al momento que no se apartó ni un milímetro de la estrategia nacional de Mauricio Macri, tratando de “ladrones” y apelando a la “herencia recibida”.
En el repaso general de Cambiemos encontramos que en su mayoría son obras proyectadas e iniciadas en la anterior gestión, y de las netamente propias lo fue mediante giros del endeudamiento que tomó Maria Eugenia Vidal. La propuesta a futuro es “seguir”, aunque tampoco haya un claro horizonte de hacia dónde se seguirá, si lo será apostando a la teoría de derrame y recibiendo las sobras provinciales –que bienvenidas sean para generar obras-, o bien hacía una verdadera transformación de la ciudad y seguridad que tanto prometió Santoro.
¿Alguien se preguntó el último vertido de asfalto sobre la obra de la rotonda? ¿Cuántos baches se taparían? La apuesta desde Cambiemos parece ser apelar a la emoción/odio del desprestigio al pasado para fortalecer el presente. Repetir la misma receta que le ha permitido al radicalismo mantener con más del 50% el electorado.
En ese contexto el estrellato de las PASO se las lleva el peronismo, quién si bien desde el 2013 viene repartido en 2 y 3 lineas para competir en las elecciones, es la primera vez que lo hacen en el mismo frente electoral.
Guillermina Eyras dispone del apoyo inmediato de Sergio Massa, por ser la única en la corriente renovadora, posee en exclusividad los fondos necesarios para sostener el colorido y folclor electoral con carteles, afiches, plotters y local partidario. Mantiene su estructura y también su promedio de votos; cada vez que participó en las primarias obtuvo entre 1200 y 1400 votos, pese a eso siempre las ganó.
Ciro Albarengo es la promesa joven del sector más kirchnerista de Madariaga, su segundo lugar en las últimas elecciones legislativas entusiasmó más de lo que en la realidad se concretó. Tal vez dos años de concejal no fueron suficientes para adquirir la figura de “candidato de unidad” y se presenta con iguales matices que la anterior. Discurso descontracturado e informal.
Gabriel González tiene el aparato partidario, sacrificó la cepa pejotista para albergar en una lista todas las demás vertientes, sólo él encabeza la lista, después uno a uno quien le sigue refleja una extraña amalgama que nadie se anima a aventurar un resultado.
Este trinomio del Frente de Todos posee en común una falencia que deberán resolver en tres semanas, la falta de proyecto político que justifique la mal llamada “unidad”. Si por caso el proyecto político es el mismo, entonces deberán ser más claros en la forma que cada uno lo hará. Porque alguna diferencia tiene que existir.
Fuera de ello, todos, absolutamente todos, no han podido penetrar en la mente de la gente con alguna propuesta clara y concreta. Santiago Arrachea ganó por sincericidio en su declaración en Radio Tuyú: “No queremos atosigar a la gente con propuestas” y por eso seguirán esperando para decirlas.
La falta de propuestas también se puede explicar desde la reglas de juego que a nadie termina de convencer, las PASO es todo un desgaste de recursos y tiempo, convirtiéndose en una encuesta dejando la plataforma electoral para las generales de octubre. Eso sí, también hay que reconocer que desde hace un tiempo -lamentablemente-, no son necesarias para ganar. Todavía hay que buscar la plataforma electoral de Santoro en el 2015.
No son necesarias,…¡Pero qué bueno serian!
Foto: Ahora Mar del Plata
