(*) Por la Comisión por la Memoria, la verdad y la justicia de Madariaga
El texto de Raquel Domingues do Amaral que les ofrecemos a continuación, sintetiza asombrosamente cómo se fueron amasando esos tan mencionados y conculcados derechos humanos. Las imágenes convocadas para su representación resultan tan dolorosas…, casi impensables, tanto para el pasado y peor aún para el presente y el futuro: se ejercerían sobre los semejantes, próximos en nuestros tiempos.
Tendrían una cara empática con cada uno de nosotros, a lo largo y ancho del mundo. Pero esas mismas imágenes profundizan justamente -por el dolor que despliegan- la importancia de la defensa a ultranza de cada uno de los derechos que fueron arrancados a las clases dominantes. Y de ello se tuvo que hacer cargo “el derecho” con la panoplia de declaraciones, constituciones, recomendaciones para que los Estados tuvieran una herramienta material en la que apoyarse. Y ocuparse de esa dimensión, es considerado por esta jueza federal de Brasil como una tarea propiamente humana y comprometida con el deber ético. Y si lo planteáramos así y habláramos de “deber ético”, cuyo cumplimiento justificaría la vida de los seres humanos, entonces tendríamos que incursionar en el terreno filosófico que no ha sido rozado en el escrito. Aunque –y el enigma que se desprende sería de muy rica discusión- al derecho lo menciona a la par del “arte” para esa justificación de la odisea terrenal.
Invitamos a leer esta pieza de derecho y arte con el compromiso político y filosófico que la implican.
Raquel Domingues do Amaral(1)
«¿Saben de qué se hacen los derechos, mis jóvenes?
¿Sienten su olor?
Los derechos son hechos de sudor, de sangre, de carne humana podrida en los campos de batalla, quemada en hogueras!
Cuando abro la Constitución, además de los signos, de los enunciados vertidos en lenguaje jurídico, siento olor a sangre vieja!
¡Veo cabezas rodando de guillotinas, jóvenes mutilados, mujeres ardiendo en las llamas de las hogueras! Oigo el grito enloquecido de los empalados.
Me encontré con niños hambrientos, enriquecidos por inviernos rigurosos, fallecidos a las puertas de las fábricas con los estómagos vacíos!
¡Sofoco en las chimeneas de los Campos de concentración, expulsando cenizas humanas!
Veo africanos convulsionando en las bodegas de los barcos negreros.
Oigo el gemido de las mujeres indígenas violadas.
¡Los derechos están hechos de fluido vital!
Para hacer el derecho más elemental, la libertad,
pasaron siglos y miles de vidas fueron tragadas, fueron molidas en la máquina de hacerse derechos, la revolución!
¿Tú creías que los derechos fueron hechos por los funcionarios que tienen asiento en los parlamentos y tribunales?
que engaño! ¡El derecho se hace con la carne de la gente!
Cuando se deroga un derecho, se pierden miles de vidas …
¡Los gobernantes que usurpan derechos, como buitres, se alimentan de los restos mortales de todos aquellos que murieron para convertirse en derechos!
Cuando se concreta un derecho, mis jóvenes, se eterniza esas miles de vidas.
Cuando concretamos derechos, damos un sentido a la tragedia humana y a nuestra propia existencia.
¡El derecho y el arte son las únicas evidencias de que la odisea terrenal ha tenido algún significado! «
(1)La actual jueza federal, Raquel Domingues del Amaral es miembro efectivo del Tribunal Regional Electoral de Mato Grosso do Sul (TRE-MS) en la clase de juez federal, para el bienio 2016 / 2018.
Se graduó en Derecho en la Universidad Católica Don Bosco en Campo Grande / MS, en 1996. En 2002 fue nombrada jueza federal en el Tribunal Regional Federal de Río de Janeiro siendo, en 2005, redistribuida para el Tribunal Regional Federal de la 3ª Región, en Campo Grande.