En horas de la tarde del día del asesinato, Darío Barrientos y su tía Julia Miranda viajaban como pasajeros de un remis rumbo a Gral. Madariaga. Al acercarse el vehículo a un control policía de tránsito, Barrientos amenazó al conductor con un cuchillo para que no se detuviera, el chofer de igual manera se detuvo, e hizo un gesto al policía que se acercó con los ojos, para mostrarle lo que estaba pasando. Al ser identificados los pasajeros, se encontró entre las prendas del joven el cuchillo utilizado para las amenazas, siendo por ello aprehendido.