Por Alejandro Viladrich (*).-
Cuando desde un sector representativo de trabajadores de la cultura de Madariaga alertábamos de lo peligroso que significaba aceptar que el Secretario de Cultura y Educación puesto por el actual Intendente Santoro, estigmatizara a un gobierno anterior tratándolos de “grasa ordinaria«, tratara a los desaparecidos de terroristas, y pidiera que el ejército reprimiera a la delincuencia sin que importara el costo político; lo hacíamos a sabiendas. Pasados ya más de dos años de esos dichos, en realidad pre-anunciaban el futuro que con claridad hoy es presente en todo el país.
Eso era política de estado de Cambiemos.
Felicitar a fuerzas de seguridad por “asesinar” sin que medie el proceso judicial, tener presos políticos, estigmatizar a los organismos de derechos humanos, a los pueblos originarios, al revisionismo histórico, al sindicalismo, a toda forma de organización social que no sea obsecuente con ellos y todo esto englobado en el claro ataque a la educación de los sectores populares; es la herramienta con que el gobierno Municipal, Provincial y Nacional, llevan adelante hasta ahora con bastante éxito en sus políticas de exclusión.
Ellos necesitan desesperadamente que los sectores populares no tengan historia, que se mantengan desunidos, desinformados y manipulados por los medios de comunicación.
En Madariaga no olvidemos que desde el ejecutivo para abajo, todos callaron públicamente por los dichos del Secretario. Es más, quienes estaban directamente al tanto del acto de censura en los actos de la Memoria por parte del funcionario, lo ocultaron. El funcionario, después de la presión social ejercida renunció diciendo que «tenía actividades más importantes para hacer«, y que «vería» si regresaba en otro momento. El ejecutivo asintió. Hablaba el patrón, referente de la cúpula del poder macrista de las cuarenta manzanas del centro.
Esto sirve sólo como símbolo. No tiene ni más ni menos importancia que eso.
La alianza del Pro-Radicalismo local continúa. Estos últimos, los radicales, inmersos en un gorilismo que no pueden ocultar, se alían con la oligarquía y son sus mejores alumnos. Olvidando a sus referentes cercanos que se plantaban ante la Sociedad Rural, la iglesia pro-dictadura y los Macri.
Son los honestos que venían a salvar la República del populismo.
Hoy mudos.
Peor aún, todavía sobreactúan. Recuerdo a un actual concejal de Cambiemos, tratando de “cosa” a la presidenta de aquél entonces en ejercicio (Pues sostenía este funcionario -en funciones hoy- que la ex presidenta no era abogada). Más allá de lo patético, mediocre y de violencia machista, pone en evidencia la sobreactuación. Igual que Morales.
Ellos mismos ahora piden respeto y tratan de fascistas a los que se les plantan. Otro símbolo. Partes del todo.
Se llenan la boca como demócratas formales, pero actúan claramente con violencia y censura. O miran para otro lado. Adhiriendo.
Surge este escrito con dos propósitos: el primero no callar ante lo que pasó el Jueves 26 de abril en el Concejo Deliberante de Madariaga, la alianza de derecha, esa triste noche, veta todos los proyectos de índole popular: Emergencia tarifaria, Banca del vecino, Banco Provincia, Galpón de la Estación como espacio cultural de la Sociedad de Fomento del barrio Belgrano, etc.
La otra es una autocrítica hacia adentro, hasta ahora no estamos a la altura de esta realidad. En algún momento la historia es revisada y escrita por los justos. Veremos en qué lugar quedaremos.
(*) Artista plástico y Profesor Nacional de dibujo y pintura. Trabajador social.