Fernando Villarejo, exjefe de cuidados intensivos de la Clínica Olivos, declaró este martes en el juicio que investiga las circunstancias de la muerte de Diego Armando Maradona, testimonio que aportó detalles clave sobre las decisiones médicas tomadas tras la operación por un hematoma subdural.
Según relató Villarejo, tanto el neurocirujano Leopoldo Luque como la psiquiatra Agustina Cosachov -ambos imputados- le pidieron “reiteradamente” que sedara a Maradona durante varios días, con el argumento de que “Diego es inmanejable”. El objetivo, aseguraron, era facilitar el postoperatorio, calmarlo y controlar su compulsión y estado emocional alterado. Villarejo contó que en una reunión le confesaron que la “verdadera preocupación” era el comportamiento de Maradona, vinculado a un posible cuadro de abstinencia. “Necesitaban una especie de apoyo institucional para hacerle un tratamiento, para medicarlo”, recordó.
El médico explicó que la sedación profunda se indica para iniciar un proceso de abstinencia o desintoxicación, que suele requerir entre 48 y 96 horas antes de pasar a dosis menores de sedantes. Sin embargo, aclaró que se opuso “específicamente” a esa medida. Argumentó que la Clínica Olivos “no era el lugar para mantenerlo sedado por tiempo indeterminado” y recomendó conformar un equipo multidisciplinario.
A pesar de su negativa, Maradona fue sedado durante 24 horas. Para ello hubo que colocarle un catéter venoso, algo difícil por su resistencia. Villarejo indicó que ese plazo no era suficiente para abordar adecuadamente una abstinencia y, al constatar que “no había un plan a futuro”, comenzó a reducir la dosis por decisión propia. Dejó todo asentado en la historia clínica.
También se opuso a la externación domiciliaria. Recomendó su traslado a un centro especializado con profesionales capacitados para abordar sus fluctuaciones de ánimo y cuadros de exaltación psicomotriz. Según Villarejo, Luque se negó a esa opción y, como era el médico de cabecera, en la clínica acataron su decisión.
Finalmente, Maradona fue trasladado a una casa en Tigre “sin aparatología adecuada”. “Las hijas, por desconocimiento o porque confiaban en Luque, dejaron que hicieran lo que para ellos era necesario”, concluyó.
Su testimonio se suma a otros que cuestionan las decisiones médicas y el entorno que rodeó a Maradona en sus últimos días.
¿Falso testimonio?
Una empleada administrativa de la prepaga Medidom fue retirada del juicio por presunto falso testimonio. Se trata de Nelsa Pérez, una trabajadora de la prepaga que ofrecía servicios médicos a Maradona en la residencia de Tigre. “Se está contradiciendo”, indicó la fuente. (DIB) GML
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Fuente y Foto: DIB