El cuidado de la madre tierra- la Pachamama- depende de todas las personas que la habitamos.
Estamos permanentemente ocupando su patio y dependencias para vivir la vida, en tanto nos corresponde a las personas humanas y a las organizaciones velar por el cuidado y la preservación.
Normativa nacional y convencional imponen la protección de un medio ambiente sano, la utilización racional de los recursos naturales, la preservación del patrimonio natural y cultural, la diversidad biológica, la información y educación ambientales. Asimismo prevé mecanismos de acceso a la justicia ante su incumplimiento.
En particular, nuestra constitución nacional en su artículo 41 expresamente dice: “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley. Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación ambientales. Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones locales. Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los radiactivos.
Por su parte el art. 75 Inc. 17 de la carta magna reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos (…) Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería Jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten.(…)
En tal sentido, con sabiduría ancestral referentas de pueblos originarios en primera persona reflexionan sobre la Pachamama.
Vanesa Guaquinchay, referente de la comunidad Huarpe, de la provincia de San Juan “ (…) en este mes tan especial es importante poder sentir la presencia de nuestra madre tierra, saber que ella está presente en todo momento, valorarla, quererla y defenderla principalmente, como nuestra madre, como tal debemos preservarla, para nosotros es muy importante y para mí principalmente que la siento tan profundamente en espíritu…como pueblos originarios es tan espiritual sentir su presencia … comencé desde muy temprano agradeciéndole con toda la fuerza de mi espíritu.
Con énfasis señala que: “ hace falta, en el mundo, en la humanidad, que nos conozcan desde el corazón y el espíritu porque los pueblos originarios estamos aquí presentes, seguimos estando”
Norma Jofre, Comunidad Huarpes de Guanacache de Mendoza “(…) La Pachamama, es todo, es vida, nos sostiene nos da de comer nos da vida… nosotros sin la madre tierra no somos nada, ni nadie…
Interpela al estado, al gobierno provincial, para que sin más vueltas trate la Ley 6920, para que como pueblos huarpes puedan tener el título de propiedad para tener progreso, ratifica que la madre tierra la han poseído desde años inmemoriales y dice (…) desde entonces nosotros tenemos nuestra madre, vivimos en ella, trabajamos en ella y vivimos por ella y gracias a ella somos lo que somos y necesitamos el título de propiedad para decir a la pachamama lo que nosotros tenemos es nuestro (…)
Maria Salazar, San Juan Desde Buenos Aires, el primer día de agosto, en la inauguración del edificio del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, en la ESMA convocada -junto a otros/as referentes de comunidades – y agradecida a Franco Gil (CPI)- representando a la provincia de San Juan , dice (…) El cuidado de nuestra madre tierra, que depende de todos nuestra casa grande. Nosotros estamos permanentemente ocupando su patio para hacer eventos, para hacer encuentros, celebraciones, y nos corresponde a nosotros -como hijos – cuidar de que esté todo bien, cuidar el medio ambiente aunque por ahí no tenemos respuesta en ese aspecto. El avasallamiento sigue, se sigue desmontando, se siguen sacando los bosques, se sigue contaminando el agua y todas esas cosas entristecen a los hijos de la tierra que quieren cuidarla.
Apela a tomar conciencia, a saber que si se nos agota la tierra, si se pierde la tierra nos perdemos todos. Que es importante tener en cuenta que es una sola tierra, una sola casa para todos, que todos tenemos que vivir en ella y que dependemos de ella y de lo que hagamos nosotros para cuidarla
Por último, a modo de reflexión, en sintonía con las referentas de comunidades originarias, es prioritario hilar en red la sabiduría ancestral para concretar esa trama propiciada en la normativa, un paso importante podría ser conmovernos repensando la ciudadanía ambiental, para el cuidado y preservación de nuestra Pachamama.
Sobre la autora: Maria Paola Casariego es abogada y mediadora con perspectiva de género, operadora en psicología social y docente. Miembra de EsTila.ar (Espacio de Transformación Inclusiva con Perspectiva de Género) para una sociedad más igualitaria. @dracasariego@mariapaolacasariego
Fuente: ElPais Digital