En un informe difundido este lunes, el comité sostuvo que hubo una “cascada de fallas evitables que casi le cuestan la vida al presidente Trump”.
El ataque ocurrió durante un acto de campaña en la ciudad de Butler. Trump fue alcanzado por el roce de una bala en su oreja derecha y, si bien se salvó de milagro, el atentado dejó un saldo de dos muertos: el atacante y un miembro del público. El presidente fue rápidamente evacuado por el Servicio Secreto, aunque las imágenes viralizadas mostraron la gravedad de la situación: Trump sangrando, cayendo al piso y luego retirado al grito de “fight” (“pelea”).
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El Senado de EEUU denuncia un “colapso total de seguridad alimentado por la indiferencia burocrática”
Según el informe del Senado, el Servicio Secreto falló en múltiples niveles: no actuó sobre inteligencia creíble, no coordinó con las fuerzas del orden locales y no tomó medidas preventivas eficaces. “Lo ocurrido fue inexcusable y las consecuencias impuestas por los fallos cometidos hasta ahora no reflejan la gravedad de la situación”, señala el documento.
El comité remarcó que ningún funcionario fue removido de su cargo a pesar de la magnitud del incidente. “Fue un colapso total de la seguridad a todos los niveles, alimentado por la indiferencia burocrática”, enfatiza el informe. La crítica también apunta al hecho de que el atacante logró posicionarse en una terraza a más de 200 metros del escenario sin ser detectado.
De acuerdo con fuentes oficiales, el atacante fue abatido poco después del intento de magnicidio. La zona fue evacuada por completo y declarada “escena del crimen”.
Trump, que en ese momento era rival directo de Joe Biden en la carrera presidencial, volvió a expresarse luego del atentado en redes sociales, agradeciendo a su equipo de seguridad y ratificando su voluntad de continuar con la campaña. Su regreso a los actos fue celebrado por sus seguidores como una muestra de fortaleza y determinación.
Ambito
