Los incendios iniciados a fines de enero en Corrientes ya devoraron cerca del 10% del territorio provincial, una situación realmente desesperante que interpela a todos los sectores de la sociedad a aunar esfuerzos para brindar soluciones, con una responsabilidad central del Estado.
Por supuesto, la gestión del Estado ante una situación crítica no trae aparejada necesariamente una comunicación de cara a la ciudadanía sobre las acciones que se están desplegando. Si bien es cierto que cuando esto sucede, la oposición critica el “oportunismo” y el “uso político”. Sin embargo, en el caso de Corrientes el silencio del oficialismo hasta hace unos días resultó llamativo.
No es el motivo de esta nota evaluar el desempeño del Gobierno nacional ni de las áreas bajo su órbita frente a los incendios, sino los acontecimientos desatados a raíz de la colecta online llevada adelante por un influencer y las reflexiones que podemos extraer de este caso.
¿Cultura participativa o enjambre digital?
Ante una crisis que evidenciaba que los esfuerzos gubernamentales nacionales y provinciales no eran suficientes, esta semana surgió la iniciativa de un influencer local de recolectar fondos, que en menos de tres días recaudó más de $150 millones a través de redes sociales. ¿Esta acción es reprochable? Para nada. Es un acto solidario en el que miles de argentinos aportaron su granito de arena para una causa.
De todos modos, debemos remarcar las limitaciones de este tipo de iniciativas. En primer término, cuesta enmarcar esta acción en términos de lo que Roxana Morduchowitz1 define como participación en la red, es decir: “Actuar de manera colaborativa entre públicos más amplios para intercambiar ideas, buscar consensos, resolver problemas (…) y generar acciones que mejoren la calidad de vida de la comunidad”; participación que “se expresa en un fuerte compromiso hacia la comunidad y una clara identificación con lo público”.
El conjunto de personas que se sumaron a esta propuesta —seguramente de manera solidaria pero por diferentes razones— se parece más bien a lo que Byung-Chul Han2 define como enjambre digital, un colectivo en el cual más allá de las buenas intenciones no se produce una fusión de todos en una unidad, “no desarrollan ningún nosotros (…), no se manifiesta en una voz”. Ese conjunto se disuelve una vez finalizada la acción puntual de aportar dinero.
Y ello a su vez lo podemos ligar a una tendencia, que estimamos preocupante, del mundo posmoderno: la pretensión de que sea el individuo el que suplante funciones que históricamente corresponden al Estado. En ese sentido rescato las palabras del colega Luis Sujatovich,3 quien señala que “los influencers tienen un valor testimonial: nos enseñan que la posmodernidad se construye desde la inestable y volátil subjetividad individual”.
La (in)comunicación digital del Gobierno nacional
Por otra parte, la inmensa repercusión mediática de la colecta, en contraste con la falta de iniciativa comunicacional del oficialismo, activó evidentemente las alarmas del Gobierno nacional.
Tal es así que luego de semanas de absoluto silencio en las redes de Alberto Fernández y de Casa Rosada en relación al tema, el 21 de febrero el presidente habló desde una actividad en Santa Clara del Mar: “Hemos puesto todas nuestras fuerzas para ayudar, pero no escribimos en Twitter ni hacemos publicidad con eso”.
Lamentablemente, podríamos señalar que no basta con hacer; la sociedad demanda conocer qué es lo que está gestionando y las redes sociales no pueden ser una excepción en un contexto en que más del 50% de la ciudadanía accede a noticias a través de ellas 4.
No casualmente, el 22 de febrero en las redes de Alberto se publicó —bajo el Hashtag #ArgentinaConCorrientes— la reunión que mantuvo con un legislador nacional correntino, que incluía estas palabras del mandatario: “Corrientes cuenta con nuestro acompañamiento absoluto para hacer frente a esta tragedia”. Ese mismo día, Casa Rosada publicó contenido detallando exhaustivamente los recursos desplegados por el Gobierno nacional en la provincia.
Del mismo modo, al día siguiente Casa Rosada reforzó el mensaje de “Estado Presente” a través de contenido audiovisual.
Es cierto que el Gobierno nacional afrontó en los últimos tiempos distintos frentes de conflicto, entre ellos la negociación de la deuda con el FMI. Pero luego de aproximadamente un mes de silencio hermético en torno a un tema crítico y habiendo tenido que actuar de urgencia ante una crisis comunicacional, es claro que el mutismo inicial no parece haber sido la mejor elección.
Sin duda la decisión del presidente de visitar la zona de incendios refuerza la posición de cercanía, pero será fundamental tener en cuenta para próximas crisis, que en nuestro país no son algo esporádico, que sí es necesario comunicar en primer término y evitar ingresar tarde, en desventaja y a la defensiva a las conversaciones online.
Fuente: ElPais Digital