Desde el próximo sábado, el impuesto que grava al carbono y los combustibles líquidos subirá un 11,8% porque se ajusta en base a la inflación del primer trimestre del año. Y parte de esa alza que deberán afrontar las petroleras se trasladará al precio de las naftas.
En este sentido, según cálculos de los estacioneros el gasoil subirá un 3% y las naftas un 4%, lo que equivale a una remarcación en el caso del litro de la Súper de entre $1,7 y $3 del valor actual, según la región del país y la petrolera. No obstante, las empresas afirman que el precio de los combustibles tienen un retraso de hasta el 20%.
Si bien desde el sector descuentan que la Secretaría de Energía volverá a desdoblar la suba del gravamen, tal como ocurrió en marzo y abril pasado, el ajuste de todas formas se espera que sea entorno al 4% para el caso de las naftas porque las compañías aducen que el valor está retrasado respecto del barril de crudo Brent, que subió en 5 meses 13,5% en dólares, y además por la inflación y la devaluación del dólar frente al peso, por lo que aplicarían un ajuste del 2% que se sumaría a otro 2% del impuesto, desdoblado.